★ La cosa verde

Estaba yo  en la cola del supermercado intentando convencer a mi hijo de los beneficios de no comprar mas chocolatinas y lo agradecidos que estarían sus dientes en el futuro, mientras esperaba (casi) pacientemente,  a que la señora mayor que tenía delante acabara de poner su compra en una de esas bolsitas ecológicas que antes parecían marcianos y ahora tenemos que comprar para casi todo.

La anciana se lamentaba de que con las prisas se había olvidado de coger una de casa, y claro ahora se veía obligada a pagarla si no quería llevarse la compra en los bolsillos.
Detrás, una  jovencita desenvuelta a la que parecían apunto de fallar sus dos gramos de paciencia,  la miraba displicente mientras la abuelita buscaba el importe en su viejo monedero y ella paseaba la goma de mascar de un lado al otro de la boca y cambiaba el peso sobre sus piernas claramente crispada con la espera.



-          Venga señora que solo es una bolsa verde, y si no se hubieran dado tanto derroche y tanta buena vida, ahora no tendrían que pagarlas.

Me quedé pasmada.
Podía ser cierto lo que acababa de oír?.. pero es que ya no enseñan nada en el colegio?
La mujer dio un paso atrás con un respingo y abrió los ojos sorprendida y dolida, para suspirar y sacando al fin una moneda que dejó encima del mostrador mirarla con impotencia.


Hija tienes razón- dijo- mi generación no entiende de cosas verdes ..

Y apoyándose en el borde del mostrador se acercó con cansancio y prosiguió:
Pero fíjate bien, en mis tiempos las botellas de leche y las de gaseosa se devolvían a la tienda y luego a la fábrica donde las lavaban y las llenaban de  nuevo, y nadie sabía lo que era una lata excepto las de sardinas.

 Subíamos escalones cargadas con la compra, porque no había ascensores ni escaleras mecánicas en los comercios, y si hacía calor pues sudábamos, porque también era natural y ni los coches ni las casas tenían aire acondicionado.

Pero no, no sé que es la cosa verde.

En aquella época, lavábamos los pañales de nuestros bebés, porque no había de esos desechables, y secábamos la ropa al aire, no como ahora que utilizáis la secadora hasta para escurrir al gato.


  
Teníamos una radio en cada casa y los más afortunados,una televisión pequeñita que veíamos todos juntos, no esos monstruos que se compran ahora para poner una en cada habitación y no molestarse unos a otros.

Y es cierto que no me explico lo de esa moda verde.


Pero nosotros batíamos y cocinábamos a mano porque no había microondas ni robots de cocina que lo hicieran por nosotros,

Cogíamos el autobús para ir a cualquier sitio, y caminábamos hasta el colegio en vez de utilizar a nuestras mamás de taxi las 24 horas, así que no conocíamos ni falta que nos hacía los gimnasios con todos esos aparatos eléctricos para correr como ratones en una jaula.

 Pero es cierto hija, que en esos tiempos no había ideas verdes.

Comprábamos a granel la carne y las verduras, recargábamos de tinta los bolígrafos en lugar de tirarlos, no necesitábamos una escoba eléctrica ni una tetera a 220v para calentar agua.

Así que no, no entiendo muy bien esta moda, pero querida, dudo mucho que su generación sobreviva a la cosa verde.

A la pizpireta adolescente casi se le cae el chicle, y toda la cola aplaudimos a rabiar!!

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Le hubiera dado un abrazo allí mismo pero no me atreví, porque hasta ayer, yo tampoco sabía muy bien lo que era la cosa verde.

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